Estoy toda la semana dándole vueltas a un tema concreto para
comentar en el Blog y el día en el que me apetece ponerme a escribir, hay mil
circunstancias que obligan a mi improvisada inspiración a cambiar de tema.
Hace dos días estuve una hora pensando si plantearle a
alguien lo que sé que supondría una decisión para esa persona. Estuve una hora decidiendo si
plantearle que decidiera acerca de mi decisión de hacerle una proposición.
Plantear que decidiera aceptar o no, y aceptó…y fue una buena decisión, al
menos teniendo en cuenta mi decisión de hacer la proposición. Una buena
decisión teniendo en cuenta el desenlace. Una hora decidiendo si hacer una
proposición por el miedo a lo que mi decisión de llamar a otra decisión,
conllevara en la mente de la persona implicada….
…
…
…
¿Me seguís?
Tal día como hoy me apetece hablar del destino y de las
decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestra vida. Yo distinguiría entre las DECISIONES con letras mayúsculas, sobre nuestro trabajo, nuestra vida de pareja, nuestra vida de no pareja…etc las decisiones, en pequeñito, salir a pasear o quedarse en casa, llevar el
paraguas o arriesgarse a volver a casa encharcada de agua. Muchas veces las
segundas son una influencia directa en las primeras y la decisión más simple
puede derivar en la más “trascendental” (que palabra tan imponente). Todas
ellas hacen que nuestra vida sea como es, y no de otra forma. Influyen en
nuestro destino y perfilan nuestras vivencias. Pero… ¿Existe el destino?
Estamos atacad@s desde muchos frentes para que le temamos a lo que será nuestro futuro. “El destino ya está escrito” “La vida es
aquello que acontece mientras hacemos otros planes”; Sin olvidarme de
las odiosas cadenas que se propagan a través de las redes sociales y que, si no
reenvías, te convertirán en un gorila de tres piernas por el resto de tu vida.
En mi vida, he decidido quedarme con lo que decía el gran Antonio Machado
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” y… ¿Ese camino de qué lo
hacemos? Pues en base al tema de mi entrada, nada queda más poético que decir
que… Vamos haciendo el camino con nuestras decisiones.
Sigo con preguntas… ¿Por qué nos preocupa tanto el destino?
¿Por qué nos preocupamos tanto de las decisiones que tomamos? y sobre todo…
¿Por qué la mayoría de las veces pensamos en todo, menos en lo que de verdad
queremos hacer?
Nos condicionamos enormemente a la hora de tomar una
decisión. Perdemos la inocencia infantil y empieza a afectarnos la opinión de
los demás, “el qué dirán” o las enseñanzas que hemos ido extrayendo de lo que
se intuye que es correcto o “ético” (palabrita controvertida) o “normal” (ésta
más controvertida todavía). Nos perdemos muchas vivencias irrepetibles por ese
miedo y ese temor que nos inclina a mantenernos en la “zona de confort” y
evitarnos posibles daños.
Ahora, en una desinhibición de mi personalidad, he de decir
que, aquí donde me veis hablando de decidir, soy muy indecisa en las
decisiones (en pequeñito) pero en los últimos años le he ido plantando
cara a las DECISIONES en mayúsculas. Puedo estar una hora en el supermercado decidiendo
si será mejor comprar las naranjas de Paraguay o las del Kilimanjaro, pero si
siento que hay algo que de verdad me apetece hacer de mi vida, lo hago sin más,
por impulso, sin pensar excesivamente en las consecuencias.
Todo este rollo no es un tópico…es un topicazo… pero, aún
sabiéndolo, much@s de nosotr@s seguimos sin actuar acorde a nuestros principios
y nuestro corazón… Y por esto, ahora llega mi momento “Mítin” o “Canto a la
vida” (por evitar la evocación política de la primera palabra y porque esto sólo es una creencia personal, sin el objetivo de convencer a nadie).
Hoy apuesto por un adiós a los miedos, la timidez, la duda….
Cree en ti y cree en lo que haces… Quiere a quien quieras… Rodéate de quien
quieras…Ama a quien quieras amar… y si realmente quieres odiar a alguien ódial@
pero que sea porque realmente tú quieres, no porque creas que debes odiar.
Apuesto por no hacer cosas que no nos apetezca sólo por
compromiso….atrevámonos a decir que no nos apetece…
Y sobre todo….vivamos con la conciencia tranquila…
Seamos conscientes de que no nos hemos privado de nada de lo que queríamos hacer….
Si no hay nada que perder…. No perdamos ese nada
inútilmente…
Iria
"¿Por qué la mayoría de las veces pensamos en todo, menos en lo que de verdad queremos hacer?"
ResponderEliminarLa mejor pregunta que formulas ;)
Hay que intentar formulárnosla al menos a nosotr@s mism@s cada vez que tengamos que decidir algo
EliminarEncántame. Algo no que creo que realmente non nos paramos moito a pensar e así nos perdemos cousas sen decartarnos.
ResponderEliminarUnha pubñicación xenial dende o meu punto de vista :)
Moitas grazas Sonia! Eu propúxenme a min mesma pensar nestas cousas antes de decidir un camiño ou outro... Aínda que non é tan facil :)
Eliminar