Hace unos días leí en un blog
algo sobre los veintitantos, esa etapa llena de cambios en la que abrimos los
ojos y nos damos cuenta de que ya nos hemos hecho mayores. El Blog nos hablaba
de la parte bonita que a tod@s nos gusta, nueva madurez, nuevas
responsabilidades…Me atrevo a decir que casi cualquier persona que ya hubiese
pasado la veintena, acabaría con una sonrisa tras leer aquello.
Ahora bien, como veinteañera en
pleno auge, me dispongo a hablar de una manera menos idealizada de este periodo
de vida y de cómo lo vivimos. Actualmente, much@s de nosotr@s vivimos en un
auténtico desconcierto. Todos los roles de la vida se han ido posponiendo de
modo que a día de hoy, nos encontramos con que ya tenemos 25 años y ni sabemos
que seremos “de mayores”, a duras penas podemos independizarnos y ya no hablemos de aquellos que sueñen con
tener y mantener una familia, que dentro de poco se hará a los 40.
Estoy cansada de escuchar cómo la
gente se pregunta ¿Qué es lo que falla? El sistema educativo, la situación
económica o de una manera genérica se dice que- falla “la juventud de hoy en
día…”- A lo mejor lo que pasa es que en realidad no falla nada y simplemente
estamos ante una nueva era en la que todo se va redefiniendo: Las etapas de la vida
se viven más tarde, vivimos más años… etc. Es normal que en una sociedad en la
que todo evoluciona, evolucionemos las personas también. Por ello, es
importante no aferrarse al pasado y no obsesionarse por tenerlo todo “solucionado”
a los veinte años.
Aún así, creo que es cierto que
hay un “acomodo”, y me incluyo, en la forma de plantearnos el futuro. Hemos
llegado a un nivel de vida en el que nunca nos conformamos con lo que tenemos:
Un móvil de última generación, un coche propio, un trabajo fijo para poder
independizarnos y comprarnos una casa, dinero ahorrado, poder ir tres días por
semana de cañas con la pandilla, pagar la cuota del gimnasio, de internet, las
vacaciones, etc. Y luego decimos a gritos…-Yo no pido tanto en la vida… ¿no?-
Para mí hemos convertido lujos en….imprescindibles?
Por momentos pienso que la sociedad ha querido convencernos de que no podemos
vivir sin todas esas cosas.
Nos quejamos, nos manifestamos, protestamos por nuestras
mierdas de trabajos inestables, no sabemos lo que queremos y nunca nos
conformamos con lo que tenemos… En este último año he decidido vivir feliz con
lo que tengo y con lo que no tengo…y tener presente en mi cabeza siempre la
misma pregunta… ¿Realmente hago todo lo
que está en mi mano para alcanzar lo que quiero?
Iria
No hay comentarios:
Publicar un comentario